Marian Fernandez Okariz / Hala Bedi
Hoy no es un día cualquiera recordamos, alto y claro, que el fascismo no tiene ni tendrá cabida en Euskal Herria ni en ningún lugar.
Este no es un gesto simbólico, ni un mensaje vacío. Es un grito de memoria, resistencia y acción, que une pasado, presente y futuro en defensa de la libertad, la justicia y la igualdad.
La historia nos ha enseñado quiénes sois y lo que representáis.
Sabemos de dónde venís, qué ideología defendéis y cómo actuáis cuando tenéis poder. Nuestra memoria es larga, desde la dictadura franquista hasta los intentos actuales de normalizar el odio, no olvidamos ni perdonamos. La represión franquista contra la cultura, la lengua y la identidad vasca, los fusilamientos en Gasteiz, Bilbao, Donostia, Tolosa, Durango, Eibar y tantos otros lugares; la persecución de sindicalistas, militantes y jóvenes que soñaban con un país libre, todo eso sigue vivo en nuestra memoria.
Por mucho que intentéis disfrazaros de demócratas, de patriotas o de salvadores de la “patria”, vuestra esencia sigue siendo la misma, odio, exclusión y violencia.
Os llamamos por vuestro nombre: fascistas. Fatxas. No hay eufemismos que puedan suavizar lo que sois ni lo que representáis.
Herederos de una ideología que asesinó, persiguió y dividió. Herederos de un régimen que quiso borrar la cultura vasca y someter a todo un pueblo.
Y si pensáis que la memoria ha desaparecido, os equivocáis. Por eso seguimos luchando, recordando cada agresión, cada mentira, cada intento de manipulación.
Euskal Herria ha resistido siempre. Desde las guerrillas antifranquistas que defendieron los montes de Bizkaia, Araba y Nafarroa, hasta las movilizaciones históricas como la huelga general de Vitoria en 1976, donde los trabajadores y vecinas fueron asesinados por exigir derechos y libertad. Desde los movimientos vecinales en San Francisco, Zabala y Rekalde en Bilbao, hasta las campañas culturales en Donostia, Gasteiz y Tolosa para defender la lengua, la memoria y los derechos sociales, nuestra tierra ha demostrado que la opresión nunca vence a la solidaridad.
La resistencia vasca ha pasado por todos los frentes, los movimientos feministas que lucharon por igualdad, los sindicatos que defendieron derechos laborales, los jóvenes que se organizaron para impedir el control fascista en barrios y pueblos, y las redes de cultura y educación que promovieron la memoria y la libertad.
Cada ciudad y cada barrio guarda cicatrices de esa lucha y ejemplos de heroísmo cotidiano.
El fascismo quiere miedo, silencio y sumisión. Quiere decidir quién puede existir y quién no. Quiere controlar la palabra y normalizar la opresión. No lo vamos a permitir. No vamos a callar. No vamos a desaparecer.
El antifascismo no es una moda ni un lema vacío. Es acción, es conciencia histórica y es responsabilidad ética. Es llenar las calles de Donostia, Bilbao, Gasteiz, Tolosa, Durango, Eibar, Barakaldo, Irún y cada rincón de Euskal Herria.
Es ocupar los espacios de cultura, trabajo y educación, defender la diversidad, la igualdad y la libertad. Cada manifestación, cada acto de resistencia, cada movilización vecinal es una lección para quienes quieren imponerse con odio y miedo.
Si hoy nos llenamos las calles, lo hacemos por todos aquellos que lucharon antes que nosotros: por las víctimas de Vitoria 1976, por los antifranquistas asesinados en los montes de Araba y Bizkaia, por los militantes que defendieron la cultura y la lengua vasca, por las mujeres y jóvenes que se enfrentaron a la represión y la discriminación.
Lo hacemos por la memoria de las víctimas del fascismo y por el futuro de quienes creemos en un mundo justo, libre y solidario.
Que quede claro, quienes intentan imponer miedo, odio y desigualdad no serán tolerados.
La resistencia vasca no es un acto puntual, es fuerza viva, memoria activa y compromiso con la justicia. La calle, la escuela, el trabajo, la cultura y la vida cotidiana son espacios que no permitirán vuestra normalización.
Si os molesta, mejor. Si os incomoda, aún mejor. Significa que estamos haciendo bien nuestro trabajo. Significa que recordamos, que resistimos y que defendemos lo que es justo.
Por último, para que no queden dudas, el fascismo no es bienvenido aquí.
No hoy, no mañana, nunca. La libertad, la justicia y la igualdad son más fuertes que vuestra mentira. Euskal Herria se levantará siempre, unida, consciente y firme.
Antifascistas en las calles, en los barrios y en la memoria: hoy, mañana y siempre .Gora Euskal Herria Askatuta





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