Eskerrik asko, mila esker

Soy Luis Vera Sánchez-Bravo, sobrino de José Luis Sánchez-Bravo Solla, uno de los cinco últimos fusilados del franquismo, y hablo también en nombre de mi madre, María Victoria, su hermana que lleva toda una vida luchando por su memoria y por su reconocimiento como héroe de la lucha antifascista.

Han pasado 50 años desde aquel 27 de septiembre de 1975, pero la herida sigue viva.

A mi tio lo torturaron, lo juzgaron en una farsa, lo ejecutaron sin pruebas. Tenia solo 21 años, un hijo por nacer y un sueño: la libertad. Y ni bajo la tortura consiguio la dictadura romper su silencio. Ese silencio fue dignidad y resistencia.

Por eso queremos decir alto y claro que no fueron criminales, fueron luchadores antifascistas.

Y que su lucha sigue siendo necesaria mientras haya quien blanquee el franquismo o hable con nostalgia de aquellos años.

Agradezco de corazón a EH Bildu y a todas las organizaciones que mantienen viva la memoria.

Romper el legado franquista no es mirar atras: es mirar de frente, con dignidad y verdad.

Mi tío fue enterrado lejos, en Murcia, pero hoy siento que está presente aquí, porque aquí también late la memoria de los pueblos que resistieron.

Por el, por mi madre, y por todos los que no se rindieron, decimos fuerte:

No nos callaron.
No nos callarán.
La memoria es nuestra victoria.

Eskerrik asko

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